Medios mejores que ganen más

Por Blanca de Lizaur, PhD, MA, BA, Especialista en contenidos.

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Revista

© Ewa Walicka
Para gente de medios Para: Revista

Respuesta a un lector: Los tirajes del TVyNovelas y la inversión en empresas de medios

Lo lógico cuando invertimos nuestro patrimonio, es que busquemos la opción más ventajosa. Y especialmente a largo plazo, dado que no queremos estar moviendo nuestro dinero de un lugar a otro.

Invertir en medios de comunicación, es como invertir en otros campos:
Primero debemos buscar empresas creadas para llenar las necesidades de sus clientes (empresas que ellos perciban como orientadas a su servicio).
Después debemos asegurarnos de que las dinámicas de la empresa sean suficientemente sanas, y de que su operación, costos, precios y ganancias sean sostenibles.

Sólo después de verificar todo esto, conviene optar por una empresa de medios, sin importar cuántos artículos hayamos leído con respecto de que «las inversiones en medios son las mejores para tiempos de recesión económica»…

Esta carta explica por qué.

© Minyun Zhou
Para todos Para: Revista

Los otros problemas de los «medios»…: LA LENTA AGONÍA DE UN PUESTO DE PERIÓDICOS

Cuando publicamos este artículo (1995), el internet tenía tan sólo 2 años de vida, y apenas comenzaba a darse a notar en algunas universidades de México (la UNAM fue la primera que contó con nodo propio). Pese a ello, las ventas de prensa y revistas ilustradas llevaban ya años cayendo.
Nuestros «puestos de periódicos» [o kioskos] están cada día más bonitos ─también el de María Elena, la expendedora a la que entrevistamos en este artículo, y cuyo hijo atiende todavía hoy a los clientes─. Pero no basta un «puesto» elegante para salvar a sus dueños de productos que resultan cada vez menos atractivos para los compradores.
Y no es éste el único problema: El público que acude a los kioskos se compone cada vez más de varones, y es cada día menos numeroso, porque ─como dice ella─ el general se ha alejado de estos puntos de venta… Esto lógicamente afecta a las ventas, ya que evidentemente un público particular, será siempre menor que el público mayoritario ─familiar, generalista─. Por eso cada tipo de producto tiene que tener su canal de distribución, y no todos pueden coincidir en el mismo espacio…

© Ramon Grosso
Para gente de medios Para: Revista

Poco a poco, ¡UNO SE ACOSTUMBRA A (CASI) TODO!

Una obra en la que «no pasa nada», no resulta interesante. Una que nos genera una ansiedad brutal a fuerza de acumular sucesos destructivos, tampoco puede mantenerse en el gusto del público y perdurar en él. En los medios de comunicación, como en todo, saber sazonar los contenidos con el grado justo de cada cosa, es crucial, no sólo para que se vendan, sino también para que puedan cumplir con su función social sin resultar nocivos para la sociedad. De ello trata el presente artículo.

© Satori13
Para todos Para: Revista

EL MISTERIO DEL ESPECTADOR PERDIDO tiene poco que ver con la Revolución Digital

Hoy en día se culpa a la Revolución Digital –a la popularización de internet, los computadores personales y los dispositivos portátiles– de la caída de ventas de los medios de comunicación tradicionales y electrónicos. Este artículo, publicado originalmente en 1994, desmiente este mito, ya que cuando el internet apenas tenía un año de nacido oficialmente, y gozaba de mucho menos alcance en México, los medios ya llevaban años (en algunos casos) o décadas (en otros) perdiendo a segmentos importantes de su público.

Tan es así, que ninguno de las obras de las que da cuenta el artículo, recuperó ventas en los años que han transcurrido desde entonces (para cifras caso por caso, leer la nota añadida después del artículo):

Al revés que los productos «profesionales» de los medios, los contenidos autogenerados por el público y transmitidos por internet –pensemos en lo que la gente sube a FaceBook, Twitter, YouTube, o se manda por correo electrónico…–, son en su abrumadora mayoría absolutamente «limpios» –esto es: no chocan ni remotamente con los valores, ideas y creencias mayoritarios de su sociedad–. Y –¡vaya si gustan!– …la gente los consume adictivamente.

La sociedad no puede enviar a los medios de comunicación un mensaje más claro y contundente –no puede presentar su caso con más fuerza–.
¿A qué esperan los medios para reaccionar…?

Para gente de medios Para: Revista

Un test sobre los «medios»…: ¡A QUE NO PUEDEN DEJAR DE CONTESTARLO!

No es raro que se hable de estética colectiva, pero pocos pueden explicar lo que es, en palabras que cualquiera de nosotros pueda entender. Este breve artículo lo logra, planteándonos un breve test que nadie reprueba, que nadie suspende, y que a todos nos hace reír. …Y que también nos hace pensar, porque si todos sabemos algo–aunque no nos demos cuenta de que lo sabemos–, es porque de alguna forma lo necesitamos para sobrevivir. Y si esto es así, entonces la literatura que se alimenta de esos elementos, y que los mantiene vigentes, constituye una institución social de primera necesidad, de primer orden, aunque por distintas razones nuestra sociedad prefiera despreciarla, o incluso proscribirla.

© Yuri Arcurs
Para gente de medios Para: Revista

¿Leen? …NO ES CULPA SUYA, SINO DEL QUE LOS HIZO COMPADRES…

El presente artículo hace un análisis del consumo cultural que se daba en México a fines del siglo XX. En el tiempo transcurrido desde que fue publicado, sin embargo, los tirajes de revistas y las ventas de otros medios, se han derrumbado: Varias de las revistas que menciona como más vendidas (y varios periódicos nacionales), han ya desaparecido de la circulación, y otras han visto su tiraje auditado y reducido a menos de la cuarta parte, como consecuencia del problema analizado en este artículo: Los creadores, productores y distribuidores de obras, tanto «cultas» (prestigiadas) como populares, se han alienado de sus públicos; y por contestar sus valores, ideas y creencias -por oponerse a ellos sistemáticamente-, han perdido su confianza. Y también su consumo.

Esto es: Cuanto este artículo decía, sigue vigente, incluyendo el que la gente sí está leyendo, aunque no lo que quisieran algunos. Y al final esto es más positivo para la sociedad en muchos sentidos, que el mantener el consumo intensivo de obras prestigiadas pero que corroen el tejido social y cultural de la población.
Lo que hemos vivido es un desplazamiento del segmento mayor de los públicos promedio, a obras que reflejan mejor sus valores, ideas y creencias, como cabía esperarse en orden a la sobrevivencia del grupo social y de su cultura.

Cualquiera podía haberlo predicho desde la antropología social y la teoría de sistemas. Nosotros nos cansamos de gritarlo a los cuatro vientos entonces, ante la incredulidad de muchos. Ahora los medios ven su sobrevivencia en peligro, es verdad; pero la sociedad en cambio da señales de un vigor y una intuición certeras, que sin dudarlo producirán nuevas obras, lejanas a las agendas de contenidos a las que nos han «acostumbrado» tantos medios, y que gozaremos –no todos nosotros, pero sí la mayoría– como no habíamos podido hacerlo en mucho, mucho tiempo…

Para todos Para: Revista

LA CÁNDIDA LETRA-IMPRESA y su olvido de “lo normal”…

La escolarización moderna occidental, produce un determinado tipo de mentalidad y privilegia un cierto tipo de inteligencia y habilidades, pero no todas las posibles.
Existen otras, como las que la cultura oral valora y desarrolla, y que son innatas a nuestra especie.
Tener presente esto ayuda a sopesar mejor la realidad, y a tener una opinión enterada, valiosa, más acertada, sobre lo que estamos viviendo –no sólo el cambio de paradigma de mentalidad, por ejemplo, sino también otros conflictos como el de Chiapas (México)–.

Este artículo es una versión sumamente breve, de difusión, de otro largo, especializado, que difundió en su momento la Revista Digital Universitaria de la UNAM.

© Caraman
Para gente de medios Para: Revista

LO QUE LOS INTELECTUALES LEEN …a escondidas

Una revisión a lo que los intelectuales leen a escondidas, nos permite concluir que consumir solamente obras prestigiadas, «cultas», no es posible. No lo es porque las obras exaltadas en los últimos cien años, son generalmente sórdidas, deprimentes, amargas y desesperanzadoras… –nocivas, como veremos en artículos posteriores, incluso para nuestra salud–. Esto explica que la gente en general, e incluso los más «intelectuales», prefieran leer otro tipo de obras –las populares–, aunque hacerlo no les ofrezca a muchos el prestigio académico o intelectual que tanto valoran. Lástima que cuanto ha mermado la capacidad de gustarnos de las obras «cultas», esté siendo copiado por los difusores de obras populares, reduciendo también el placer que sus obras nos pueden ofrecer…

Para todos Para: Revista

¿Sin remitente puede haber …“DISPAROS DE VERDAD”?

En 1995-6 comenzó a operar en México una nueva teledifusora. Se decía que se transmitía desde Miami, pero nadie sabía a ciencia cierta de dónde provenía la señal. La programación era interesante, y estaba compuesta principalmente por noticias y documentales. La publicidad prometía difundir sólo la verdad a una nación que tenía hambre de ella. Y pese a esto, sus noticieros (telediarios) ni siquiera mencionaron la multitudinaria megamanifestación nacional (con réplicas masivas simultáneas en las principales ciudades del país), que repudiaba los acuerdos firmados por la delegación mexicana en una conferencia mundial de población. Este tipo de incongruencias se da todos los días y en todos los medios –internet incluido–; y el lector experto las emplea para filtrar la información que le va llegando, y para descubrir (a pesar de las agendas políticas, ideológicas y económicas) la verdad –la verdadera imagen de la realidad–. En el tiempo transcurrido desde entonces, aquel canal de televisión quebró, cambió de manos, cambió de programación, pero nunca recuperó el público que ansiosamente lo había buscado inicialmente. El público es bastante más listo de lo que se cree.

Para las audiencias Revista

Cómo escribir una película, PARA QUE DIGA LO QUE QUIERO

Pocas veces se habla de lo que es el «mensaje» de una obra, ni siquiera cuando se estudia literatura. Ahora bien, saber encontrar el mensaje de una obra es crucial, ya que nos permite cribar, separar, filtrar lo mejor de la obra, de lo peor; e impide que seamos engañados fácilmente. Se trata de desarrollar una habilidad que es fundamental para nuestra sobrevivencia en general, y para hacer mejor uso de los medios de comunicación, sin necesidad de recurrir a la censura ni limitar la libertad de expresión.
La película Evelyn, estelarizada por Pierce Brosnan, es ejemplo de una obra popular creada por razones políticas para hacer avanzar una agenda que era impopular con el público al que se dirigía. El sesgo (la desviación o alteración de la realidad) es tan grande, que resulta muy útil para ejemplificar lo que es el mensaje de una obra, y para mostrar cómo una narración puede manipular la realidad para lograr determinados fines.

© Lunamarina
Para las audiencias Revista

A PROPÓSITO DE LA CENICIENTA…

Se desprecia a las telenovelas mexicanas/hispanoamericanas indiscrimandamente, y se exalta de manera igualmente indiscriminada los programas producidos en otras latitudes –por ejemplo: los estadounidenses–, sin analizar caso por caso si lo que unos y otros promueven resulta valioso para la sociedad, o no.

El artículo toma varias obras de ficción seriadas que tienen como base el esquema de la Cenicienta –La niñera (Nanny Fine), y varias telenovelas del escritor Carlos Romero–, para mostrar que las de factura local –las mexicanas– son de hecho superiores a la serie importada, precisamente por los valores, ideas y creencias que una y otra cultura exalta.