Medios mejores que ganen más

Por Blanca de Lizaur, PhD, MA, BA, Especialista en contenidos.

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Pedro Infante

Especializados Para gente de medios Para:

CUANDO LLORAN LOS VALIENTES…

Durante las últimas décadas, los estudios literarios y de medios se han fusionado, y se han enriquecido con herramientas originalmente preparadas para otras disciplinas: la Antropología, la Sociología, la Psicología, las Ciencias Políticas, la Musicología, y muchas otras más…
De su colaboración, de hecho, nació una nueva disciplina ─la de los «Estudios Culturales»─, que se construye sobre una idea seminal: La de que todo producto y elemento de la cultura, responde a una cierta necesidad social, y refleja ─en cierta forma también─ nuestra realidad social.
Bajo este paraguas multidisciplinar, el análisis cuidadoso y experimentado de la ficción popular ─como las películas de Pedro Infante en México─, nos permite una comprensión privilegiada de nuestra realidad profunda ─nuestra «verdadera realidad», como diría Carlos Bousoño─.
Para muestra, basta un botón:
. La presente ponencia ilustra el punto, mejor que un grueso tomo de teoría…

© Satori13
Para todos Para: Revista

EL MISTERIO DEL ESPECTADOR PERDIDO tiene poco que ver con la Revolución Digital

Hoy en día se culpa a la Revolución Digital –a la popularización de internet, los computadores personales y los dispositivos portátiles– de la caída de ventas de los medios de comunicación tradicionales y electrónicos. Este artículo, publicado originalmente en 1994, desmiente este mito, ya que cuando el internet apenas tenía un año de nacido oficialmente, y gozaba de mucho menos alcance en México, los medios ya llevaban años (en algunos casos) o décadas (en otros) perdiendo a segmentos importantes de su público.

Tan es así, que ninguno de las obras de las que da cuenta el artículo, recuperó ventas en los años que han transcurrido desde entonces (para cifras caso por caso, leer la nota añadida después del artículo):

Al revés que los productos «profesionales» de los medios, los contenidos autogenerados por el público y transmitidos por internet –pensemos en lo que la gente sube a FaceBook, Twitter, YouTube, o se manda por correo electrónico…–, son en su abrumadora mayoría absolutamente «limpios» –esto es: no chocan ni remotamente con los valores, ideas y creencias mayoritarios de su sociedad–. Y –¡vaya si gustan!– …la gente los consume adictivamente.

La sociedad no puede enviar a los medios de comunicación un mensaje más claro y contundente –no puede presentar su caso con más fuerza–.
¿A qué esperan los medios para reaccionar…?