Medios mejores que ganen más

Por Blanca de Lizaur, PhD, MA, BA, Especialista en contenidos.

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Mayor consumo de la literatura popular

Para gente de medios Para: Revista

Un test sobre los «medios»…: ¡A QUE NO PUEDEN DEJAR DE CONTESTARLO!

No es raro que se hable de estética colectiva, pero pocos pueden explicar lo que es, en palabras que cualquiera de nosotros pueda entender. Este breve artículo lo logra, planteándonos un breve test que nadie reprueba, que nadie suspende, y que a todos nos hace reír. …Y que también nos hace pensar, porque si todos sabemos algo–aunque no nos demos cuenta de que lo sabemos–, es porque de alguna forma lo necesitamos para sobrevivir. Y si esto es así, entonces la literatura que se alimenta de esos elementos, y que los mantiene vigentes, constituye una institución social de primera necesidad, de primer orden, aunque por distintas razones nuestra sociedad prefiera despreciarla, o incluso proscribirla.

Steven Pinker lo atribuye a la tabla rasa
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Steven Pinker vincula LA PÉRDIDA DE ATRACTIVO DE LAS ARTES PRESTIGIADAS, a la teoría de la tábula rasa.

Steven Pinker, neurolingüista de prestigio mundial, en su libro «Tábula rasa: La negación moderna de la naturaleza humana», sostiene que todos los humanos nacemos con una serie de características innatas, que son propias de nuestra especie.
En esta nueva charla, recuerda lo que dijo entonces de los nuevos descubrimientos de las ciencias, y de por qué éstos resultaron increíblemente perturbadores para muchos, pese a que se trate de hallazgos que pueden salvar a las artes, a los medios, y a las humanidades en general.

© Yuri Arcurs
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¿Leen? …NO ES CULPA SUYA, SINO DEL QUE LOS HIZO COMPADRES…

El presente artículo hace un análisis del consumo cultural que se daba en México a fines del siglo XX. En el tiempo transcurrido desde que fue publicado, sin embargo, los tirajes de revistas y las ventas de otros medios, se han derrumbado: Varias de las revistas que menciona como más vendidas (y varios periódicos nacionales), han ya desaparecido de la circulación, y otras han visto su tiraje auditado y reducido a menos de la cuarta parte, como consecuencia del problema analizado en este artículo: Los creadores, productores y distribuidores de obras, tanto «cultas» (prestigiadas) como populares, se han alienado de sus públicos; y por contestar sus valores, ideas y creencias -por oponerse a ellos sistemáticamente-, han perdido su confianza. Y también su consumo.

Esto es: Cuanto este artículo decía, sigue vigente, incluyendo el que la gente sí está leyendo, aunque no lo que quisieran algunos. Y al final esto es más positivo para la sociedad en muchos sentidos, que el mantener el consumo intensivo de obras prestigiadas pero que corroen el tejido social y cultural de la población.
Lo que hemos vivido es un desplazamiento del segmento mayor de los públicos promedio, a obras que reflejan mejor sus valores, ideas y creencias, como cabía esperarse en orden a la sobrevivencia del grupo social y de su cultura.

Cualquiera podía haberlo predicho desde la antropología social y la teoría de sistemas. Nosotros nos cansamos de gritarlo a los cuatro vientos entonces, ante la incredulidad de muchos. Ahora los medios ven su sobrevivencia en peligro, es verdad; pero la sociedad en cambio da señales de un vigor y una intuición certeras, que sin dudarlo producirán nuevas obras, lejanas a las agendas de contenidos a las que nos han «acostumbrado» tantos medios, y que gozaremos –no todos nosotros, pero sí la mayoría– como no habíamos podido hacerlo en mucho, mucho tiempo…