Medios mejores que ganen más

Por Blanca de Lizaur, PhD, MA, BA, Especialista en contenidos.

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Oposición a los valores ideas y creencias mayoritarios

© Alekss
Especializados Para gente de medios

LA OPERACIÓN DE NUESTRO CEREBRO Y LA EXPRESIÓN HUMANA. Implicaciones para la Literatura, los medios y la investigación

A la luz de múltiples estudios científicos, y gracias también a los obstáculos enfrentados en el desarrollo de la inteligencia artificial, hoy nos es posible comprender y describir con gran detalle cómo opera nuestro cerebro.
Tal y como postulan algunas corrientes ideológicas, fabricamos la imagen que tenemos de la realidad. Ahora bien, no se trata de un constructo irreal, dolosa y exclusivamente impuesto, sino de una imagen cohesionada y validada por nuestra experiencia, armada a partir de infinidad de pequeños esquemas, datos y percepciones que conforman las piezas de nuestro «rompecabezas» mental sobre el mundo en el que estamos inmersos –una imagen colmada de lagunas, sesgos e imperfecciones, sí; pero aún más de aciertos, pues de otra forma nuestra sobrevivencia se habría tornado imposible–.

Nuestro cerebro, además, opera modularmente, siguiendo una mecánica determinada, convirtiendo nuestras percepciones en símbolos, y éstos a su vez en comportamiento.
Esto explica por qué las lenguas humanas son como son, y por qué la literatura arma relatos de la forma como lo hace; así como por qué tanto el lenguaje como la literatura influyen realmente en nosotros, y nosotros en ellos, con todas las ventajas y peligros que esto entraña.

La inevitabilidad tanto del buen como del mal uso de la expresión humana y de su influencia en nosotros, explica por qué contamos con un módulo mental específico, innato, que tiene la misión de detectar engaños, trampas y falsedades, ya que éstos atentan contra la toma eficiente de decisiones en orden a la sobrevivencia.
Porque contamos con este módulo, quienes recurren al engaño terminan sin credibilidad, como tiende a ocurrir cíclicamente con medios de comunicación, instituciones sociales y autoridades civiles y culturales, e individuos, a lo largo de la historia.

De las fascinantes características de la operación cerebral que son relevantes para el estudio lingüístico y literario; y de las claras ventajas que nos ofrece el estudiar Humanidades y Neurociencias (des-ideologizadas) para poder sobrevivir, trataremos con más detalle en esta ponencia.

Robert Phillips, Edelman CEO. Interview in regards to the World Trust Survey 2012
Multimedia Para gente de medios Para: Videos

Sin CONFIANZA no hay transacción; sin evidencia de VALORES, no hay confianza –Pero, ¿…CUÁLES valores?–

Un repaso rápido a noticias de los últimos años, confirma las conclusiones del Barómetro Edelman 2012 (25 países, 30,000 encuestados), en cuanto a que las Instituciones sociales de mayor peso han perdido la confianza de sus pueblos, su credibilidad, …y por ende la maniobrabilidad y el respeto que les permite operar eficientemente. Pongamos por caso, los medios de comunicación:
Contar con un 40 % de credibilidad en Estados Unidos y Europa, que tradicionalmente tenían gran fe en sus medios, es no contar con nada, sin importar que otras instituciones puedan estar peor.
En el presente artículo, junto al vídeo del Barómetro Edelman y los mencionadas notas de prensa, presentamos una serie de consideraciones sobre cómo es posible volver a levantar los medios y su nivel de confianza, siempre que los stakeholders lo permitan …por su propio beneficio.
No hacerlo equivaldría a matar desde ahora la Sociedad Digital que tanto dinero y esfuerzo está costando levantar.

Especializados Para gente de medios Para:

CUANDO LLORAN LOS VALIENTES…

Durante las últimas décadas, los estudios literarios y de medios se han fusionado, y se han enriquecido con herramientas originalmente preparadas para otras disciplinas: la Antropología, la Sociología, la Psicología, las Ciencias Políticas, la Musicología, y muchas otras más…
De su colaboración, de hecho, nació una nueva disciplina ─la de los «Estudios Culturales»─, que se construye sobre una idea seminal: La de que todo producto y elemento de la cultura, responde a una cierta necesidad social, y refleja ─en cierta forma también─ nuestra realidad social.
Bajo este paraguas multidisciplinar, el análisis cuidadoso y experimentado de la ficción popular ─como las películas de Pedro Infante en México─, nos permite una comprensión privilegiada de nuestra realidad profunda ─nuestra «verdadera realidad», como diría Carlos Bousoño─.
Para muestra, basta un botón:
. La presente ponencia ilustra el punto, mejor que un grueso tomo de teoría…

© Satori13
Para todos Para: Revista

EL MISTERIO DEL ESPECTADOR PERDIDO tiene poco que ver con la Revolución Digital

Hoy en día se culpa a la Revolución Digital –a la popularización de internet, los computadores personales y los dispositivos portátiles– de la caída de ventas de los medios de comunicación tradicionales y electrónicos. Este artículo, publicado originalmente en 1994, desmiente este mito, ya que cuando el internet apenas tenía un año de nacido oficialmente, y gozaba de mucho menos alcance en México, los medios ya llevaban años (en algunos casos) o décadas (en otros) perdiendo a segmentos importantes de su público.

Tan es así, que ninguno de las obras de las que da cuenta el artículo, recuperó ventas en los años que han transcurrido desde entonces (para cifras caso por caso, leer la nota añadida después del artículo):

Al revés que los productos «profesionales» de los medios, los contenidos autogenerados por el público y transmitidos por internet –pensemos en lo que la gente sube a FaceBook, Twitter, YouTube, o se manda por correo electrónico…–, son en su abrumadora mayoría absolutamente «limpios» –esto es: no chocan ni remotamente con los valores, ideas y creencias mayoritarios de su sociedad–. Y –¡vaya si gustan!– …la gente los consume adictivamente.

La sociedad no puede enviar a los medios de comunicación un mensaje más claro y contundente –no puede presentar su caso con más fuerza–.
¿A qué esperan los medios para reaccionar…?

© Caraman
Para gente de medios Para: Revista

LO QUE LOS INTELECTUALES LEEN …a escondidas

Una revisión a lo que los intelectuales leen a escondidas, nos permite concluir que consumir solamente obras prestigiadas, «cultas», no es posible. No lo es porque las obras exaltadas en los últimos cien años, son generalmente sórdidas, deprimentes, amargas y desesperanzadoras… –nocivas, como veremos en artículos posteriores, incluso para nuestra salud–. Esto explica que la gente en general, e incluso los más «intelectuales», prefieran leer otro tipo de obras –las populares–, aunque hacerlo no les ofrezca a muchos el prestigio académico o intelectual que tanto valoran. Lástima que cuanto ha mermado la capacidad de gustarnos de las obras «cultas», esté siendo copiado por los difusores de obras populares, reduciendo también el placer que sus obras nos pueden ofrecer…

Para las audiencias Revista

Cómo escribir una película, PARA QUE DIGA LO QUE QUIERO

Pocas veces se habla de lo que es el «mensaje» de una obra, ni siquiera cuando se estudia literatura. Ahora bien, saber encontrar el mensaje de una obra es crucial, ya que nos permite cribar, separar, filtrar lo mejor de la obra, de lo peor; e impide que seamos engañados fácilmente. Se trata de desarrollar una habilidad que es fundamental para nuestra sobrevivencia en general, y para hacer mejor uso de los medios de comunicación, sin necesidad de recurrir a la censura ni limitar la libertad de expresión.
La película Evelyn, estelarizada por Pierce Brosnan, es ejemplo de una obra popular creada por razones políticas para hacer avanzar una agenda que era impopular con el público al que se dirigía. El sesgo (la desviación o alteración de la realidad) es tan grande, que resulta muy útil para ejemplificar lo que es el mensaje de una obra, y para mostrar cómo una narración puede manipular la realidad para lograr determinados fines.

Limpia de códigos
Para gente de medios

¡SALVEMOS A LA GENTE DE MEDIOS! (artistas, creadores, productores, editores, difusores…)

Hoy en día los medios de comunicación viven una situación desastrosa, y no sólo en España, sino en gran parte del mundo Occidental.
La semana pasada los telediarios/noticieros celebraron a bombo y platillo que en 2010 se transmitió «más cine español que nunca» (¡…!) en las salas ibéricas; pero esta semana pocos publicaron que los cines madrileños recibieron un 9% menos de espectadores que el año pasado… (Informe sobre la Situación Económica y Social de los Madrileños, ápud Qué, jueves 13 de octubre de 2011, página 4).

MacLuhan creía que «el medio era el mensaje», porque la vertiginosa evolución de la tecnología por la que trasmitimos los contenidos de los medios, nos deslumbra y atrae por sí misma –como la erupción de un volcán–. Ahora bien, la frenética carrera tecnológica está llegando a su fin; además de resultar extraordinariamente costosa, tanto para los medios como para la sociedad. Y los contenidos que las agendas del poder nos permiten transmitir, se encuentran cada vez más distantes de lo que sus sociedades consumirían natural y espontáneamente.

Las «cuerdas» se están quemando; y parecería que pocos en el mundo de los medios de comunicación –tradicionales, electrónicos o digitales–, estén dispuestos a jugarse la cabeza, gritando «¡agua a las cuerdas!». La mayoría tiene pánico de disentir, y de reconocer que algo anda radicalmente mal. Y que por eso están perdiendo credibilidad, influencia, audiencia y dinero.

Como ya dijimos en otra ocasión: Cada nación necesita medios; pero los medios –sin sus pueblos– no pueden vivir…