Medios mejores que ganen más

Por Blanca de Lizaur, PhD, MA, BA, Especialista en contenidos.

|
|

Telenovelas de Televisa

© Satori13
Para todos Para: Revista

EL MISTERIO DEL ESPECTADOR PERDIDO tiene poco que ver con la Revolución Digital

Hoy en día se culpa a la Revolución Digital –a la popularización de internet, los computadores personales y los dispositivos portátiles– de la caída de ventas de los medios de comunicación tradicionales y electrónicos. Este artículo, publicado originalmente en 1994, desmiente este mito, ya que cuando el internet apenas tenía un año de nacido oficialmente, y gozaba de mucho menos alcance en México, los medios ya llevaban años (en algunos casos) o décadas (en otros) perdiendo a segmentos importantes de su público.

Tan es así, que ninguno de las obras de las que da cuenta el artículo, recuperó ventas en los años que han transcurrido desde entonces (para cifras caso por caso, leer la nota añadida después del artículo):

Al revés que los productos «profesionales» de los medios, los contenidos autogenerados por el público y transmitidos por internet –pensemos en lo que la gente sube a FaceBook, Twitter, YouTube, o se manda por correo electrónico…–, son en su abrumadora mayoría absolutamente «limpios» –esto es: no chocan ni remotamente con los valores, ideas y creencias mayoritarios de su sociedad–. Y –¡vaya si gustan!– …la gente los consume adictivamente.

La sociedad no puede enviar a los medios de comunicación un mensaje más claro y contundente –no puede presentar su caso con más fuerza–.
¿A qué esperan los medios para reaccionar…?

© Lunamarina
Para las audiencias Revista

A PROPÓSITO DE LA CENICIENTA…

Se desprecia a las telenovelas mexicanas/hispanoamericanas indiscrimandamente, y se exalta de manera igualmente indiscriminada los programas producidos en otras latitudes –por ejemplo: los estadounidenses–, sin analizar caso por caso si lo que unos y otros promueven resulta valioso para la sociedad, o no.

El artículo toma varias obras de ficción seriadas que tienen como base el esquema de la Cenicienta –La niñera (Nanny Fine), y varias telenovelas del escritor Carlos Romero–, para mostrar que las de factura local –las mexicanas– son de hecho superiores a la serie importada, precisamente por los valores, ideas y creencias que una y otra cultura exalta.